M. Sc. Olga Huncal Díaz
Educación Especial
Retardo Mental – Dificultades de Aprendizaje
Caracas, 15 de Abril de 2005
La educación integrada está basada en la corriente Mainstream, la cual fue definida por Meisels, (citado por Dybway, 1980) como "una forma de educación programada que integra individuos con discapacidad y sin discapacidad en clases regulares" (p. 87). Dicha integración se realiza desde la perspectiva del principio de Normalización, es decir, "ofrecer a las personas con necesidades especiales formas de vida y condiciones de existencias tan parecidas como sea posible a las circunstancias habituales de la sociedad a la cual ellos pertenecen". (Name, Requena y Fajardo, 1986. p. 2).
Como línea de acción de la política educativa de la modalidad de educación especial, la integración escolar plantea el mejoramiento de la calidad educativa para todos, "en cuanto a las posibilidades de acceso y adaptación curricular, una evaluación integral y la diversificación de la organización educativa para garantizar la atención de las necesidades de aprendizaje de todos los alumnos". (UNESCO, 1990).
Es así que, la integración escolar, se basa en el derecho a la educación, como derecho humano de la persona con necesidades educativas especiales, a compartir espacios menos restrictivos, en igualdad de condiciones y oportunidades; y estas oportunidades habrán de brindar experiencias significativas de aprendizaje, a través de acciones conjuntas y cooperativas, entre todos los responsables del hecho educativo, en los niveles y modalidades del sistema, dirigidas responsablemente al logro de la integración escolar.
En tal sentido, la integración escolar pretende mucho más que sólo incorporar físicamente al alumno en el marco educativo de los niveles y otras modalidades del sistema educativo (lo que se entiende por educación regular), es necesario que el individuo que ingresa a la escuela, bien sea preescolar, bàsica, media-diversificada o superior, aproveche los requerimientos del medio escolar y se beneficie, tanto en lo social como en lo académico, logrando así, una formación integral, que le permita, su interacción efectiva en todos los ámbitos sociales donde ha de desenvolverse, asì como su participación activa y productiva en la sociedad, llegada su edad adulta, mejorando su calidad de vida.
En este orden, según Nuñez (1997), la integración escolar implica el ingreso progresivo de alumnos con necesidades educativas especiales, que tengan las competencias para funcionar en el ámbito educativo regular, y el desarrollo de acciones tendentes a propiciar la permanencia, prosecución y culminación de estudios de los alumnos integrados.
Asimismo, la autora antes citada, afirma que para el logro de todo proceso de integración escolar, se habrán de tomar en consideración las condiciones que acompañan a dicho proceso, a fin de garantizar las respuestas, de todos y cada uno de los involucrados en el hecho educativo. Es así que, como factores determinantes se considerarán al propio individuo con necesidades educativas especiales; y la institución que ha de recibirlo.
En cuanto al individuo, es de vital importancia conocer aspectos tales como su equilibrio socio-afectivo, la actitud que éste asuma respecto a sus deficiencias, sus necesidades y aspiraciones, su capacidad intelectual y la naturaleza de su dificultad de aprendizaje. Asimismo, se considerarán, sus posibilidades, intereses y destrezas, en las áreas cognoscitiva, afectiva, social y de comunicación.
Por otra parte, se tomará en cuenta, la capacidad, disposición y expectativas que el grupo familiar del individuo con necesidades educativas especiales tenga, para enfrentar y apoyar el proceso de integración escolar, aspectos que serán considerados desde una perspectiva amplia, sin ser fijados con anterioridad, ya que los mismos estarán directa y proporcionalmente influidos por las condiciones del entorno que ha de recibir al escolar.
Con respecto a la institución, se tomarán en cuenta las oportunidades que el medio escolar regular le ofrece a esta persona, en toda la extensión de su estructura física y organizativa. En tal sentido, se considerarán sus componentes humanos y estre ellos a los directivos, los docentes, los demás alumnos y sus representantes, el personal administrativo, obrero y todas aquellas personas que estén involucradas en el hecho educativo, en cuanto a sus actitudes, las relaciones interpersonales que se establezcan, la dinámica grupal del aula, los vínculos que existen entre los alumnos y los docentes y la forma en como éstos resuelven sus problemas.
De los docentes integradores, quienes asumirán el rol fundamental en el proceso de integración escolar, habrá que tomar en cuenta su capacitación profesional para enfrentar el reto de la integración escolar de la persona con necesidades educativas especiales y las actitudes que asumen frente a dicho proceso, ya que éstas influirán, en gran medida, en el éxito o fracaso del mismo, por cuanto los docentes serán quienes proveerán situaciones de aprendizaje significativo, que conduzcan al desarrollo integral, tanto de los alumnos con necesidades educativas especiales, como de sus compañeros.
Dentro de la institución escolar se identificarán los componentes ambientales, considerando la capacidad para recibir al escolar, en relación tanto al curriculum, como a la estructura física del plantel. En lo que respecta al curriculum, la escuela habrá de ofrecer la ayuda pedagógica que el escolar con necesidades educativas especiales que èste necesite, a través de la adaptación curricular, flexibilizando y adaptando el curriculum a las necesidades de todos los niños.
En cuanto a las adaptaciones curriculares, serán de vital importancia, ya que a través de ellas se realizarán los ajustes necesarios para apoyar el proceso de aprendizaje del alumno integrado, propiciando su participación activa en las actividades de grupo, en igualdad de condiciones.
Dichas adaptaciones curriculares pueden ser de mayor significación, cuando se refieren a eliminación de contenidos y/u objetivos del nivel o grado; y de menor significación cuando están referidas a las estrategias metodológicas de enseñanza aprendizaje y/o de evaluación, a modificaciones en la infraestructura del plantel, respecto a materiales, mobiliarios y/o equipos que faciliten la adaptación e integración de la persona con necesidades educativas especiales.
Igualmente, estas adaptaciones curriculares podrán realizarse de forma colectiva, para toda la institución, de forma intermedia, para el aula de clases donde se encuentra integrado el alumno o individualizadas, las cuales se dirigen sólo al alumno integrado para apoyar su proceso de aprendizaje y/o de adaptación escolar.
Sin embargo, es importante hacer énfasis en que las adaptaciones curriculares de mayor significación no son recomendables, ya que al eliminar los contenidos y/u objetivos del programa, el alumno no cumple con las exigencias del nivel ni poseerá las herramientas previas que le permitiràn enfrentar el próximo curso.
En este orden, se realizarán más frecuente y recomendablemente adaptaciones curriculares de menor significación, es decir, con relación a metodologías de enseñanza que faciliten el proceso de aprendizaje significativo y estrategias de evaluación. De igual manera, se orientarán en función de la interacción y los cambios de todos los involucrados en el hecho educativo, (docentes, alumnos, padres, representantes, especialistas, directores, supervisores, etc.).
En cuanto a la estructura física del plantel, las adaptaciones curriculares estarán orientadas a la distribución de los espacios, la supresión de las barreras arquitectónicas y la adecuación de los recursos didácticos, textos, materiales, equipos, entre otros, a fin de favorecer la adaptación social y escolar de las personas con necesidades educativas especiales, lo que influye directamente en su proceso de aprendizaje.
Así, la integración escolar, para que sea efectiva, requiere del conocimiento, el compromiso y la participación, de todos los involucrados en la educación de las personas con retardo mental, entre ellas, docentes, directivos, alumnos, familia, especialistas, quienes, a través de la acción cooperativa, es decir, el trabajo interdisciplinario, coordinado, co-responsable y consensuado, orienten la planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de acciones, en función de una meta común: la integración escolar de la persona con necesidades educativas especiales.
Por otra parte, Hegarty, Hodgson y Clunies-Ross, (1988), plantean la necesidad de avanzar hacia a un nuevo modelo de acción educativa, centrado en las especificidades de cada alumno, disponiendo de recursos humanos y materiales y de profesores capaces de detectar problemas y adaptar, tanto la estructura organizativa de la escuela, como la orientación del proceso de aprendizaje, a los ritmos de cada uno de los escolares. De la misma forma, enfatizan la importancia de la interdisciplinariedad, la cual permitirà la coordinación y la complementariedad entre los diversos profesionales, la familia y los los equipos de apoyo de la modalidad, quienes intervienen directamente en el hecho educativo y apoyan, guían y orientan el proceso, para el mejor funcionamiento de la integración escolar.
REFERENCIAS
Dybway, G. (1980, october). Avoiding Misconceptions of Mainstreaming, the Least Restrictive Environment, and Normalization. United States, Minnesota. Exceptional Children. Volumen 47. Número 2. 85-88. Copyright © 1.980. The Council for Exceptional Children.
Hegarty, S., Hodgson, A., y Clunies-Ross, L. (1988). Aprender Juntos. La Integración Escolar. España, Madrid. Ediciones Morata, S.A.
Name C. de, Requena, M., y Fajardo, T. (1986). Lineamientos, Estrategias y Acciones de los Equipos de Integración. Venezuela, Caracas. Ministerio de Educación. Dirección de Educación Especial. Programa de Integración.
Nuñez, B. (1997, julio). La Integración Escolar: Línea Estratégica de la Política Educativa de la Modalidad de Educación Especial. Venezuela, Caracas. Revista Educación Especial. Año X. N° 24. 69-85
UNESCO, 1.99O. Conferencia Mundial sobre Educación para todos. Tailandia, Jonitein